Los Testigos de Jehová Calumniados...

"Porque, verdaderamente, en lo que toca a esta secta nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella”.(Hechos 28:22)

Guerra y Religión... Mala combinación...




Utah, el estado republicano donde la guerra en Irak tiene más respaldo.
El 70% es mormón. Por su religión, apoyan la guerra como último recurso.

La panza del avión comenzó a chirriar sobre la pista del aeropuerto de Salt Lake City cuando el capitán hizo el anuncio. Los tres muchachos que vestían uniforme de camuflaje eran soldados que volvían de Irak para un descanso en familia. El aplauso fue atronador; las rubias azafatas se movían instando a los pasajeros a aplaudir más fuerte. Algunos lo hacían convencidos; otros, no tanto. Un grupo de jóvenes mormones que volvían de una "misión" en Dallas —pelo muy corto, saco y corbata para ellos; sonrisa inalterable y largas polleras oscuras para ellas— eran los más entusiastas.

Ubicado en el centro oeste de EE.UU., Utah es el más fiel de los estados republicanos, al punto de que en estos momentos, cuando todo el país comienza a cuestionarse la aventura bélica, los sondeos dicen que es aquí donde hay más apoyo a la guerra emprendida por el presidente Bush en 2003.

El 70% de la población de 2,5 millones de habitantes de Utah pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días (LDS es su sigla en inglés), popularmente conocidos como mormones. La religión tiene su origen a principios del siglo XIX, cuando aparecieron los llamados "pioneros", que escucharon la voz del Señor aquí, en Norteamérica.

La tradición habla de visiones celestiales, ángeles y una doctrina muy estricta. No al alcohol, no al café, no al cigarrillo, sí a los himnos, a la castidad y a mantener las formas, lo que explica la amabilidad exasperada y fría de los habitantes del lugar. La comunidad mormona es muy sólida en términos económicos. La estructura, en ese sentido, es la de un clan. Así, quien pertenece a la Iglesia y cumple tiene el apoyo del resto; quien se sale de la Iglesia, no. Hay jerarquías muy marcadas dentro de la Iglesia y las mujeres ocupan un lugar secundario en ella. Según sus escrituras, los mormones apoyan la guerra siempre como último recurso para lograr un fin justo.

Nick es un ex mormón y hoy vive en Chile. Bautizado por inmersión como todos los mormones a los 8 años y desde los 14 es un "jackmormon", como se llama a los bautizados que abandonaron la religión. "Ser mormón es una cultura, no sólo una religión", dice Nick, quien explica que los mormones se casan entre ellos y que, si un mormón se enamora de alguien de afuera, "es su trabajo, su tarea, convertirlo". Estas tareas de las que él habla son parte de las "misiones" que encaran los mormones por todas partes del mundo.

Salt Lake City es la capital de Utah. Aquí el porcentaje de mormones es menor al resto del estado, apenas (¡¡¡apenas!!!) un 50%. La capital tiene alcalde demócrata que organizó una protesta contra Bush la última vez que estuvo en esta ciudad; hay una comunidad homosexual que llegó a reunir más de 20 mil personas en el Desfile del Orgullo Gay.

Pero también aquí el espíritu mormón domina la arquitectura y la vida social. La urbanización de la capital se hizo alrededor del gran Templo. Las calles son enormes, igual que los edificios, inmensos bloques de hormigón que señalan lo pequeños que somos los humanos. No hay gente caminando, aunque los restaurantes están siempre llenos.

"Lo que más asusta de vivir en Utah es lo rápido que te adaptás a vivir en un lugar tan extraño", dice Stephen Dark, periodista y escritor británico casado con una argentina y residente en los suburbios de Salt Lake City. "La influencia de la Iglesia está en todos lados —sigue Stephen—: en la ausencia de puteadas, en la necesidad de pagar un impuesto por beber alcohol en un bar o en el miedo que expresan muchos a dar la mano." La vida es obligatoriamente comunitaria y quedarse afuera tiene su costo. ¿Cuál? "Los que no pertenecen a LDS lo superan buscando religiones alternativas o comunidades a las que pertenecer. O sea, terminás definiéndote no por lo que sos sino por lo que no sos", concluye Stephen.

El día que volvían los tres soldados, un veterano de Irak, Marshall Thompson, atravesaba la capital, durante su protesta en este estado del país. En poco más de un mes, Thompson (28), mormón y nacido aquí, caminó buscando convencer a la gente de que hay que hacer regresar a las tropas de Irak. En ciertas ciudades, algunos se reunieron para verlo pasar. La mayoría lo ignoró.

En Utah hay menos de 1% de población negra y un 15 o 20% de latinos. Iram es mexicana y tiene un marido, dos trabajos y dos hijas. Llegó hace 8 años, pero su idea es juntar dólares para volver a Veracruz. No quiere seguir siendo "ciudadana de segunda". Tiene también una posición muy clara sobre Irak: "En este país los muchachos son menores de edad para beber alcohol, pero no para ir a la guerra."

Fuente:

http://edant.clarin.com/diario/2006/11/02/elmundo/i-02501.htm

Los mormones al parecer han olvidado las palabras de Jesus... la mejor manera de evitar muertes y gastos es sencillamente hacerse un cristiano genuino...

Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí.

Juan 18:36


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¿Son los testigos de Jehová una secta peligrosa?


SE ACUSÓ a Jesucristo de ser borracho, glotón, violador del sábado, falso testigo, blasfemo y mensajero de Satanás. También se le inculpó de subversión. (Mateo 9:34; 11:19; 12:24; 26:65; Juan 8:13; 9:16; 19:12.)

Después de la muerte y resurrección de Jesús, sus discípulos fueron de igual modo el blanco de graves acusaciones. Una muchedumbre arrastró a un grupo de cristianos del siglo primero ante los gobernantes de la ciudad, clamando: ‘Estos hombres han trastornado la tierra habitada’. (Hechos 17:6.) En otra ocasión, se llevó al apóstol Pablo y a su compañero Silas ante las autoridades y se les acusó de turbar muchísimo la ciudad de Filipos. (Hechos 16:20.)

Más tarde se acusó a Pablo de ser “un individuo pestilente [...] que promueve sediciones entre todos los judíos por toda la tierra habitada”, así como de querer “profanar el templo”. (Hechos 24:5, 6.) Los judíos principales de Roma reflejaron con exactitud la situación de los seguidores de Jesús cuando reconocieron: “Porque, verdaderamente, en lo que toca a esta secta nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella”. (Hechos 28:22.)

Está claro, pues, que había quien consideraba a esa nueva comunidad fundada por Jesús como una agrupación religiosa con ideas y prácticas radicales que chocaban con el comportamiento social aceptado entonces. Sin duda, muchas personas de hoy hubieran considerado a los cristianos una secta destructiva. Los opositores eran con frecuencia miembros eminentes y respetados de la sociedad, lo que daba más peso a sus acusaciones. Muchos creyeron las acusaciones lanzadas contra Jesús y sus discípulos. No obstante, como probablemente sepa, cada uno de esos cargos era falso. El hecho de que la gente dijera esas cosas no las hacía verdaderas.

¿Y hoy día? ¿Sería exacto referirse a los testigos de Jehová como una agrupación religiosa con ideas y prácticas que chocan con la conducta social aceptada? ¿Son los testigos de Jehová una secta peligrosa?