Los Testigos de Jehová Calumniados...

"Porque, verdaderamente, en lo que toca a esta secta nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella”.(Hechos 28:22)

¿Esparciría usted un rumor?


¿Qué ha dicho el esclavo fiel y discreto acerca de incluir imagenes ocultas en sus publicaciones?... algunos Testigos de Jehová ignoran que el esclavo fiel y discreto esta atento a las calumnias que se esparcen sobre la organización, y han hecho lo posible por desmentirlas... sin embargo, en internet la realidad es otra... principalmente enemigos autodeclarados hacen uso de estos viejos y rebuscados argumentos para SATANIZAR las publicaciones que distribuyen los Testigos de Jehová, sean conscientes de ello o no... el internet ejerce una enorme presión en la forma de pensar de las personas a las que predicamos... y muchas veces es capaz de tornar la mentira en verdad...

Y si no lo creen echen un vistazo para que vean que muchos piensan ciegamente que el hombre nunca fue a la Luna e incluso que el Holocausto Judio nunca sucedio...

Sin embargo los Testigos de Jehová genuinos estamos claros que el esclavo fiel y discreto nos ha advertido muchisimas veces en muchas publicaciones que nos guardemos de todo lo relacionado con el ocultismo, asi que parece muy ESTUPIDO que ellos mismos contradigan su propio consejo...

Lo más sabio basado en conocimiento y argumentos solidos es que se trata de descaradas calumnias para manchar la buena imagen y reputación del esclavo fiel y discreto, de todas formas al final del articulo tomado de la revista ATALAYA (w84 1/9 págs. 20-23) donde se explica este asunto y su trasfondo, se insertara un video con la muy conocida CARA DEL BEBE en la mano del ángel y ustedes podran sacar sus propias conclusiones...

¿Imagenes ocultas o acusaciones ridiculas que rayan en la estupidez?... usted decida que creer pero los testigos de Jehová genuinos no nos dejamos engañar por estos ridiculos argumentos...

¿Esparciría usted un rumor?

DURANTE la Edad Media se esparció un rumor increíble entre los llamados cristianos de Europa. Corría la voz de que todos los años, durante la Pascua, los judíos asesinaban a un cristiano y usaban la sangre de él en los ritos de ellos. Se decía que a veces capturaban a niños cristianos y los torturaban terriblemente antes de matarlos y usar su sangre. Hasta este mismísimo siglo, durante el período nazi en Alemania, se empleó este rumor como excusa para perseguir a los judíos.

Ese relato fue sometido a investigación y luego refutado varias veces; sin embargo, persistió por casi mil años. Si alguien se lo hubiera contado, ¿hubiera participado usted en esparcirlo? Se esperaría que todos nosotros hubiéramos tenido suficiente sentido común o compasión como para no hacerlo. No obstante, los rumores son persistentes y complejos. Una vez han comenzado a circular, es difícil ponerles fin. Aun hoy surgen rumores absurdos que se esparcen como un reguero de pólvora.

Por ejemplo, la compañía Procter & Gamble, firma grande de productos de uso doméstico en los Estados Unidos, fue recientemente víctima del rumor de que la compañía promovía el satanismo y que su marca de fábrica era realmente un símbolo demoníaco. Otro rumor muy difundido afirmaba que una cadena de tiendas bien conocida que se especializa en la preparación y el despacho rápido de alimento ¡estaba poniendo gusanos en la carne picada frita! Hace unos años, mucha gente creyó que un miembro de los Beatles, agrupación musical, había muerto en un accidente automovilístico y había sido reemplazado por un doble. Hasta las publicaciones de la Sociedad Watchtower han sido objeto de rumores... por ejemplo, ¡el de que uno de los artistas había estado introduciendo en secreto dibujos de demonios en las ilustraciones, y posteriormente había sido descubierto y expulsado!

¿Participó usted en esparcir cualquiera de estos relatos? De haber sido así, usted se halló esparciendo —quizás involuntariamente— una mentira, ya que todos eran falsos. No hay duda de que el rumor relacionado con las publicaciones de la Sociedad era perjudicial, así como una calumnia contra los celosos cristianos que trabajan largas horas para producir la labor artística que hace lucir tan atractivas las revistas, los folletos y los libros. Este rumor era tan ridículo como sería el decir que Dios, al crear los cuerpos celestes, modeló deliberadamente la apariencia del llamado ‘hombre de la Luna’.

Hace muchos años, Jehová Dios dijo a los israelitas: “No esparzas rumores falsos” (Éxodo 23:1, Nácar-Colunga). Había motivo para dar aquel mandamiento. Los rumores de ese tipo tienen malos resultados. Convierten en mentirosa a la persona que los esparce, algo que Jehová odia (Proverbios 6:16-19). Afectan la reputación del blanco u objeto del rumor. Engañan a la persona que escucha el rumor, y quizás la inciten a obrar imprudentemente (Números 13:32–14:4). No es nada amoroso, pues, engañar a nuestros amigos. Esto está en oposición al mandamiento de Dios: “No deben engañar, y no deben tratar falsamente, ninguno, con su asociado”. (Levítico 19:11; Proverbios 14:25.)

Por consiguiente, si contamos a otros un relato que hemos oído, debemos tener cuidado de conocer bien los hechos. Pero ¿cómo podemos hacer esto? Algo que nos ayudará es entender la naturaleza de los rumores.

¿Cómo empieza a circular un rumor?

Se ha definido el rumor como ‘habla u opinión ampliamente difundida sin fuente discernible’; o, ‘una declaración o informe general sin una fuente conocida que lo confirme’. Los rumores pueden esparcirse verbalmente, o tal vez aparezcan de modo más “oficial”, incluso impresos o por la radio. El hecho de que algo haya aparecido en la televisión o en el periódico no quiere decir que sea cierto.

¿Cómo empiezan a circular los rumores? A menudo es imposible decir cómo. Alguien quizás haga un comentario vago que llegue a oídos de otra persona que lo repita y lo exagere. La insinuación de que algo pudiera pasar puede convertirse fácilmente en una afirmación de que pasará, la cual tal vez después se convierta en una de que pasó. Hasta una broma puede dar comienzo a un rumor si alguien la toma en serio y la repite.

Los rumores surgen rápidamente en un clima de temor. Cuando el profeta Ezequiel estaba prediciendo las circunstancias de Jerusalén mientras se acercaba el fin de ésta, dijo: “Les sobrevendrán estremecimientos, y en vano buscarán la paz. A una tempestad seguirá otra; y a un rumor, otro rumor” (Ezequiel 7:25, 26, New English Bible). A medida que el temor se apoderara del pueblo, Jerusalén se convertiría en un semillero de rumores.

Los rumores pueden empezar a circular también por acción deliberada. Cuando los soldados de guardia en la tumba de Jesús tras de Su muerte en el madero informaron los asombrosos acontecimientos que habían presenciado durante la resurrección de Jesús, los ancianos de los judíos les dijeron que esparcieran un rumor falso. Les dijeron: “Digan: ‘Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron mientras nosotros dormíamos’”. Los soldados obedecieron. “De modo que ellos tomaron las piezas de plata e hicieron como se les instruyó; y este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy”. (Mateo 28:13-15.)

Por qué se esparcen los rumores

Más interesante aún es la pregunta: ¿Por qué se esparcen con tanta persistencia los rumores, una vez que han comenzado a circular? A menudo se debe simplemente a que la gente quiere creerlos. Algunos periodistas hacen del repetir rumores acerca de personas prominentes su carrera. Quedarían pronto sin trabajo si no hubiera demanda de ese tipo de relatos. Muchas personas, como los griegos de los días de Pablo, están siempre ávidas de oír “algo nuevo”. (Hechos 17:21.)

Los rumores se esparcen, también, porque concuerdan con las ideas falsas y los prejuicios que tienen muchas personas. El rumor falso acerca de los judíos que mataban cristianos cayó indudablemente en oídos receptivos porque los no judíos no comprendían a los judíos. Les temían o estaban celosos de ellos. Los rumores también pueden reflejar malestar general por algo. El rumor sobre gusanos en la carne picada frita tal vez haya persistido debido al nerviosismo que causa a la gente el que haya sustancias agregadas e ingredientes secretos en los alimentos. Y el rumor acerca de la Procter & Gamble quizás haya echado raíces porque hoy día hay muchísimas personas a quienes fascina el demonismo y el espiritismo.

Los rumores también florecen donde los gobiernos y las autoridades actúan sigilosamente. Y los rumores hasta pueden ser fomentados por ilusiones. Por décadas han circulado relatos de que platillos voladores han aterrizado, y que éstos supuestamente transportaban a criaturas benignas de sociedades científicas avanzadas de otros planetas. En este agitado siglo XX, puede que para algunas personas sea consolador creer que estos seres realmente existen.

Además, la interpretación errónea de ciertos hechos puede provocar un rumor, o aparentemente confirmarlo. En el primer siglo, se rumoreaba que el apóstol Pablo estaba animando a los judíos a apostatar de Moisés (Hechos 21:21, 24). El rumor era falso, pero quizás le haya dado pábulo el hecho de que Pablo, en obediencia a la decisión de los apóstoles y ancianos de Jerusalén, enseñaba que los cristianos gentiles no tenían que estar sujetos a la Ley mosaica. (Hechos 15:5, 28, 29.)

Separe la verdad y la falsedad

¿Es todo lo que se esparce verbalmente, pues, un rumor falso? ¡Claro que no! Allá en los días de Josué, Rahab de Jericó dijo a los espías israelitas: “Porque hemos oído cómo Jehová secó las aguas del mar Rojo de delante de ustedes cuando salieron de Egipto, y lo que ustedes les hicieron a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán” (Josué 2:10, 11). Los relatos que Rahab había oído eran ciertos.

De igual manera, cuando Jesús iba ejecutando señales por la tierra de Israel, la Biblia dice: “Y el informe acerca de él salió a toda la Siria; y le trajeron todos los que se hallaban mal, los afligidos de diversas dolencias y tormentos, los endemoniados y epilépticos y paralíticos, y los curó” (Mateo 4:23, 24). Los informes acerca de Jesús eran también ciertos.

Por eso, ¿cómo podemos determinar si un relato es cierto, o es meramente un rumor? He aquí algunos puntos que usted puede tener presente cuando alguien comparta con usted cierta información selecta:

¿Quién le refirió el relato? ¿Es ella la clase de persona que nunca dice algo a menos que esté segura de los hechos? ¿O es de las que siempre está tratando de entrometerse en los asuntos de los demás? ¿Está tratando de ser la primera en dar a conocer historias picantes? La fuente del relato importa mucho en cuanto a si es probable que el mismo sea exacto, o no. Y esto trae a la memoria un punto relacionado: Cualquiera que esté en una posición de confianza o responsabilidad, como los ancianos de congregación o cristianas maduras, debe estar doblemente seguro o segura de los hechos antes de referir un relato, si es del todo necesario contarlo a otra persona. Hay mayor probabilidad de que la gente crea lo que ellos digan, y lo repitan. (Hechos 20:28; Tito 2:3.)

¿Estaba la persona que le refirió el relato en condición de conocer los hechos? A menudo los rumores típicos comienzan a circular más o menos así: “Oí de boca de mi tío, quien conoce al hombre que trabaja en [...]”. Si usted oye esa clase de introducción, ¡tenga cuidado! Algunos niños juegan un juego en que forman un círculo y uno de ellos dice en voz baja una oración corta al niño de al lado. Éste la dice al oído del siguiente niño, quien a su vez la pasa adelante. Cuando la oración ha pasado por todos los del círculo, a los niños les resulta muy divertido ver lo mucho que ésta ha cambiado. Muchos de nosotros hemos jugado ese juego, pero ¿hemos aprendido la lección que éste encierra? Cuando los relatos pasan de una persona a otra, cambian inevitablemente, y pronto no se parecen casi nada al relato original. Por lo tanto, si usted no puede señalar la fuente exacta del relato, probablemente pueda suponer, sin temor a equivocarse, que éste ha sido deformado o hasta es completamente falso.

¿Es calumnioso el relato? Si el relato empaña el buen nombre de alguna persona, profesión, raza u organización, considérelo con extrema cautela. Éste es el proceder correcto, aunque uno no sienta mucha simpatía por ese grupo o persona. La calumnia es calumnia, y las mentiras son mentiras, prescindiendo de quiénes sean las víctimas. Jesús fue franco al condenar a los escribas y fariseos, pero ¿puede imaginárselo usted esparciendo rumores calumniosos sobre ellos? (1 Pedro 2:21, 22.)

¿Es convincente el relato? ¿Es de veras probable que haya naves espaciales visitando nuestro planeta? ¿O que una importante compañía comercial hubiera hecho un pacto con el Diablo? ¿O que artistas dedicados realmente ocultaran rostros en las ilustraciones de unas revistas? Los relatos que suenen tan inverosímiles deben recibirse con reserva.

Ponga fin a los rumores, esparza la verdad

Con esto no se quiere decir que nunca suceden cosas asombrosas. A veces sí suceden. Pero cuando oigamos hablar de ellas, debemos obrar prudentemente y no creer cándidamente todo relato que esté circulando. Cuando se esparcieron por Palestina los relatos de que un carpintero de Nazaret estaba efectuando milagros, sucedió que los informes eran ciertos (Mateo 4:24). Sin embargo, cuando Juan el Bautista los oyó, envió a sus discípulos para que averiguaran exactamente lo que estaba pasando (Mateo 11:2, 3). Ésa fue una reacción prudente.

Cuando el apóstol Tomás oyó hablar de la resurrección de Jesús, dudó (Juan 20:24, 25). Pero en este caso debió haberse dado cuenta de que no era un rumor infundado. Sabía acerca de las resurrecciones que Jesús mismo había efectuado, y había oído a Jesús hablar de su propia muerte y resurrección venideras (Mateo 16:21; Juan 11:43, 44). Además, los que le dieron el informe eran personas en quienes él sabía que podía confiar. Y ellas no estaban repitiendo un relato que hubieran oído de una tercera persona. Eran testigos oculares, y a Tomás le era posible hacerles preguntas para ver si tal vez se habían equivocado.

Sí, puede que algunos de los relatos que oigamos sean ciertos. Pero el sentido común nos dice que en cualquier nación, aldea o hasta organización, se esparcen rumores, especialmente rumores que reflejan los deseos o temores básicos de la comunidad. Y siempre existe una fuerte posibilidad de que un rumor sea, en el mejor de los casos, una deformación de la verdad. Por lo tanto, si usted oye un relato y no puede señalar la fuente del mismo, piense por sí mismo y asegúrese de los hechos antes de que pase el relato a otros. Recuerde, “en la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente” (Proverbios 10:19). No sea un conducto para esparcir un rumor, sino, más bien, sea un “callejón sin salida”. Así cumplirá con las palabras del apóstol Pablo: “Por lo cual, ahora que ustedes han desechado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo, porque somos miembros que nos pertenecemos unos a otros”. (Efesios 4:25.)

Fuente de la información:
*** w84 1/9 págs. 20-23 ¿Esparciría usted un rumor? ***

0 comentarios:

Publicar un comentario

Map IP Address
Powered byIP2Location.com

¿Son los testigos de Jehová una secta peligrosa?


SE ACUSÓ a Jesucristo de ser borracho, glotón, violador del sábado, falso testigo, blasfemo y mensajero de Satanás. También se le inculpó de subversión. (Mateo 9:34; 11:19; 12:24; 26:65; Juan 8:13; 9:16; 19:12.)

Después de la muerte y resurrección de Jesús, sus discípulos fueron de igual modo el blanco de graves acusaciones. Una muchedumbre arrastró a un grupo de cristianos del siglo primero ante los gobernantes de la ciudad, clamando: ‘Estos hombres han trastornado la tierra habitada’. (Hechos 17:6.) En otra ocasión, se llevó al apóstol Pablo y a su compañero Silas ante las autoridades y se les acusó de turbar muchísimo la ciudad de Filipos. (Hechos 16:20.)

Más tarde se acusó a Pablo de ser “un individuo pestilente [...] que promueve sediciones entre todos los judíos por toda la tierra habitada”, así como de querer “profanar el templo”. (Hechos 24:5, 6.) Los judíos principales de Roma reflejaron con exactitud la situación de los seguidores de Jesús cuando reconocieron: “Porque, verdaderamente, en lo que toca a esta secta nos es conocido que en todas partes se habla en contra de ella”. (Hechos 28:22.)

Está claro, pues, que había quien consideraba a esa nueva comunidad fundada por Jesús como una agrupación religiosa con ideas y prácticas radicales que chocaban con el comportamiento social aceptado entonces. Sin duda, muchas personas de hoy hubieran considerado a los cristianos una secta destructiva. Los opositores eran con frecuencia miembros eminentes y respetados de la sociedad, lo que daba más peso a sus acusaciones. Muchos creyeron las acusaciones lanzadas contra Jesús y sus discípulos. No obstante, como probablemente sepa, cada uno de esos cargos era falso. El hecho de que la gente dijera esas cosas no las hacía verdaderas.

¿Y hoy día? ¿Sería exacto referirse a los testigos de Jehová como una agrupación religiosa con ideas y prácticas que chocan con la conducta social aceptada? ¿Son los testigos de Jehová una secta peligrosa?