‘EL DOGMA del que depende el triunfo del catolicismo sobre el racionalismo.’ Así es como el periódico jesuita La Civiltà Cattolica aclamó en el año 1870 la solemne promulgación del dogma de la infalibilidad del Papa en el concilio Vaticano I.
En el lenguaje teológico católico, el término “dogma” se refiere a las doctrinas que tienen un “valor absoluto y son incuestionables”. La definición exacta de la infalibilidad del Papa, según se aprobó en el concilio de 1870, es la siguiente:
“Enseñamos y definimos ser dogma divinamente revelado; Que el Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra —esto es, cuando cumpliendo su cargo de pastor y doctor de todos los cristianos, define por su suprema autoridad apostólica que una doctrina sobre la fe y costumbres debe ser sostenida por la Iglesia Universal—, por la asistencia divina que le fue prometida en la persona del bienaventurado Pedro, goza de aquella infalibilidad de que el Redentor divino quiso que estuviera provista su Iglesia en la definición de la doctrina sobre la fe y las costumbres; y, por tanto, que las definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia.”
Una situación para tener todas las de ganar
Un teólogo alemán, el difunto August Bernhard Hasler, opinaba que esta definición, difícil de comprender para muchos, es, además, vaga. Refiriéndose a la “vaguedad” e “indeterminación” de la expresión ex cathedra, comentó que “casi nunca se puede decir cuáles son las decisiones que deben considerarse infalibles”. Según otro teólogo, Heinrich Fries, la fórmula es “ambigua”, y Joseph Ratzinger admitió que esa cuestión había dado origen a una “complicada controversia”.
Hasler afirmó que “la vaguedad de los conceptos” permite tanto una aplicación extensa del dogma, a fin de aumentar el poder del Papa, como una interpretación más limitada, que permita que frente a enseñanzas erróneas del pasado, uno siempre pueda tener base para afirmar que no son parte del llamado “magisterio” infalible. En otras palabras: se trata de una situación en la que, como suele decirse, “si sale cara gano yo, y si sale cruz pierdes tú”.
De modo que con “infalibilidad” se quiere decir que aunque el Papa comete errores como todos los demás humanos, no se equivoca a la hora de definir cuestiones de fe y de moral ex cathedra, cuando desempeña el cargo de pastor de la iglesia católica romana.
Pero, ¿qué opinan los propios católicos de esta doctrina?
1 comentarios:
Hola.
Como estas. He visto tu forma de contestar a tus creencias, me parece fabuloso. No soy Testigo de Jehova, soy Cristiano trinitario. La manera que defiendes tu evangelio me da curiosidad en la menera en que yo lo defiendo.
No te dire que estas mal, ni mas faltaba, creo que Jesucristo El Hijo de Dios, no viene por religión. Te invito a que visites mi blog,http://apostasiaencartagena.blogspot.com
Y lee, lo peor que uno pueda hacer es tragar entero.
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